Listado de la etiqueta: aforismo

Máximas clásicas y mínimas barrocas 7

Si es cierto que «todas las reglas tienen sus excepciones», puesto que dicha afirmación es una regla, también tendrá excepciones y habrá reglas sin excepciones; por lo tanto, si la afirmación es cierta, entonces es falsa. Si todo es relativo, también lo es el relativismo, luego no todo es relativo…

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Leer nos hará libros.

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El astrólogo Johannes Soeffer profetizó un diluvio universal para el 20 de febrero de 1524. En parte se cumplió, pues muchos construyeron barcas, se echaron al mar y se ahogaron. Él no.

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Hoy se habla mucho de edificios inteligentes, como si no fuera mucho más inteligente la catedral de Burgos. En realidad, la mayoría de edificios modernos son grandes por fuera, pero por dentro sólo tienen tamaño, y no dimensión, lo cual no es demasiado inteligente.

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Lo grave y particular del consumismo no es que todo se venda al consumidor o al mejor postor, en el consumismo es el consumidor mismo quien se vende al producto. Se da en este caso la misma relación que se produce en cualquier tipo de adicción: lo malo del adicto no es que compra y consuma droga, lo malo es que se venda él mismo a la droga. Bien podríamos decir, con Gracián en «El Criticón», aquí se vende el que compra.

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Del libro “La mejor defensa es un buen ataque de risa”, de Rafael Gonzalo Madrid, 2004

Máximas clásicas y mínimas barrocas 6

  • Yo perseguí una estrella y la estrella terminó persiguiéndome a mí. Los errores se pagan con la vida, porque no es posible equivocarse estando muerto.
  • Mi vida no me pertenece, yo pertenezco a mi vida.
  • La autenticidad no es un proyecto de vida.
  • La mejor época del año es la primavera, el verano, el otoño y el invierno.
  • El lujo está más al alcance de los ricos que de los pobres, pero no la elegancia, que depende más de la educación que del dinero.
  • Llevo en mi corazón la estela de todos los mundos que fracasaron.
  • El arrepentimiento del criminal en modo alguno lo exime de culpa, en todo caso confirma que merece el castigo.
  • En invierno se me ponen mustios los aforismos que escribí en primavera.
  • La frase atribuida a Einstein: “Sólo utilizamos el 10% de nuestro potencial mental” es la expresión correcta de la falta de criterio científico, en la medida en que no es posible dar porcentaje alguno de una totalidad que afirmamos desconocer.
  • La mejor defensa es un buen ataque de risa.
  • Las folclóricas parecen el travestí de sí mismas; más que maquillarse, se camuflan.
  • La expresión: “llevar una vida normal” carece de significado.
  • Nuestra época suplanta la veracidad por la verosimilitud. Pero la verdad es… inverosímil.
  • El arte es la verdad de la ficción que nos permite superar la ficción de la verdad.
  • Cuando damos limosnas, repartimos la pobreza, no la riqueza.
  • Los enfermos mentales van creciendo al ritmo demandado por la producción de psicofármacos.
  • El compromiso político ha hecho que ya no se tome en serio a los intelectuales.
  • Ahora que te vas para siempre, déjame que te diga una cosa, solamente una última cosa: Quédate.

Del libro “Tierra firme de la fantasía”, de Rafael Gonzalo Madrid, 2004

Máximas clásicas y mínimas barrocas 5

  • En las dictaduras lo que funciona es la censura; en las democracias resulta mucho más efectiva la manipulación.
  • El hombre es el único animal que busca excusas y argumentos para matar. Eso habla en contra de nuestra veracidad, pero a favor de nuestro sentido moral.
  • La mejor prueba de la divinidad de Jesucristo está en que ni siquiera la Iglesia ha podido acabar con su mensaje después de dos mil años.
  • Sólo la tradición española del humor negro explica la existencia de un Ministerio de Fomento.
  • Las mujeres se pasan media vida intentando cambiar a los hombres, y la otra media echándoles en cara que ya no sean los mismos de antes.
  • Alguien que sólo sirva para una cosa, probablemente tampoco sirva para eso.
  • Nadie puede trazar una línea que no marque un fin del mundo.
  • No se puede vivir sin amor, sólo se puede sobrevivir.
  • Si el talento pudiera enseñarse no lo sería.
  • El sentimiento une, la razón separa.
  • Me gustaría morir creyendo que quizá la muerte no es un precio tan alto a cambio de la felicidad de haber vivido.
  • El inmenso desierto no sería nada sin cada granito de arena.
  • Las campañas contra la violencia hacia las mujeres son mucho más intensas que las de violencia hacia los niños, porque las mujeres votan y tienen dinero, y los niños no.
  • El subjetivismo nos permite comprobar que la verdad de cada uno es la mentira de todos.

Del libro “El tiempo todo locura”, de Rafael Gonzalo Madrid, 2007

Máximas clásicas y mínimas barrocas 4

  • Dado que la prohibición de consumir drogas favorece el narcotráfico ilegal, podemos suponer que son principalmente los narcotraficantes quienes financian las campañas antidroga.
  • Si supiéramos qué es la muerte seríamos inmortales.
  • Se puede aprender a ser magistral, pero no a ser original.
  • El aire es la tierra firme de la fantasía.
  • Si son exactamente las doce en punto, no debemos olvidar que el punto es siempre imaginario.
  • Siempre sabemos las cosas a su debido tiempo, cuando ya es demasiado tarde.
  • El deseo es líquido, el sentimiento es gaseoso, la inteligencia es sólida.
  • Hoy se habla mucho de edificios inteligentes como si no fuera más inteligente la catedral de Burgos.
  • Dicen que el aforismo es género menor y para mí que es el mayor de los géneros: el resto… ¡es literatura!
  • El tiempo no es la verdad, pero la verdad no puede ser verdad fuera del tiempo.
  • De manera distinta a como creemos, la solución es siempre anterior al problema, porque el problema sólo tiene sentido de manera distinta a como creemos.
  • No existe el miedo a la destrucción de la inocencia, sino a su triunfo, y con él, a la destrucción de la conciencia adulta.
  • La imaginación es la flor, la fantasía es el fruto.
  • Escribo lo que en mi pensamiento aparece ya con forma de escritura.
  • El amor y la justicia nunca son espectaculares, por eso se los representa ciegos o con los ojos vendados.
  • Nadie se hace millonario. Los demás le hacen a uno millonario.

Estos aforismos forman parte del libro “Nostalgia geométrica del Caos”, de Rafael Gonzalo Madrid, 2001

Máximas clásicas y mínimas barrocas 3

  • Tenemos deseos en tanto que somos imperfectos. La perfección no desea.
  • Hacer bien el ridículo no es nada fácil.
  • Los niños y los locos siempre dicen la verdad. Por ello se inventaron los colegios y los manicomios.
  • La medicina ha progresado de tal manera que ya no estamos seguros de nuestra propia muerte.
  • El loco es aquél que no tiene poder para asumir su locura.
  • Si pudiera permanecer por un instante completamente quieto y en absoluto silencio, ¿aboliría el sonido y el movimiento?
  • La especie humana se perpetúa a través de la sexualidad y la memoria, entre las cuales existe una íntima relación. Cuando Lázaro volvió del reino de los muertos no tenía recuerdos.
  • Si lleno un vaso con agua del mar y la vuelvo a arrojar, ¿modifico el mar? Cada uno de mis actos más insignificantes y cotidianos, ¿repercute en la inmensidad del universo?
  • Si cada pareja sólo tiene un hijo, no hay hermanos. Ni fraternidad.
  • La postmodernidad ha convertido en dogma de fe el relativismo.
  • A partir de un momento determinado, el presente se disuelve en una cadena de indeterminaciones. Cualquier momento es el mejor momento para empezar de cero.
  • Los balcones enjaulan los besos de los enamorados.
  • Después del constante bombardeo publicitario de consejos para prevenir las enfermedades cardiovasculares, casi resulta un alivio haber sufrido un infarto.
  • La Iglesia cree en Cristo muerto, pero no en el vivo.
  • Si en una sociedad todos sus habitantes enfermaran de cáncer, quien no lo hiciera sería considerado un inadaptado, un incapaz.
  • El dolor no fortalece, el dolor duele. La fuerza fortalece.
  • Si el ocio cuesta dinero, es negocio.

Estos aforismos forman parte del libro “Nostalgia geométrica del Caos”, de Rafael Gonzalo Madrid, 2001

Máximas clásicas y mínimas barrocas

  • El deber es el derecho del revés.
  • La angustia de la página en blanco se combate con humor negro.
  • Un arquitecto innovador es el que lee el futuro en las grietas de las casas.
  • Las mujeres no quieren sexo ni seso: lo que quieren es romance.
  • Dios es tan humilde que ni siquiera existe.
  • Es justo violar toda ley, a condición de fecundarla.
  • La vida y el amor están determinados por reacciones no sólo químicas, sino también alquímicas, con su azar inexplicable.
  • Quien no tiene sueños, tiene dueños.
  • Se hablan en el mundo cerca de ¡5.000 lenguas! ¿Cómo decir exactamente lo que se quiere decir?
  • Si la Historia la escriben los vencedores, la Historia es siempre la versión de Caín.
  • Una de las premisas de la mecánica cuántica sostiene que el mero acto de examinar y constatar un fenómeno produce cambios en él. Otro principio establece que las partículas elementales, incluyendo los electrones, actúan como ondas que pueden atravesar una barrera, pero éste fenómeno sólo se produce si puede ser observado. Cuanto mayor es la observación o más tiempo dura, mayor es el cambio producido. Percibir equivale a transformar.
  • Los “ejércitos de paz” de la OTAN defienden la democracia, pero no la practican.
  • Un referéndum no tiene ningún valor ético, sólo estadístico. La verdad moral no surge del consenso.
  • Una legislación que considera el síndrome de abstinencia como atenuante de responsabilidad penal, privilegia y subvenciona la drogadicción.
  • El simple hecho de seleccionar la información permite a los medios de comunicación mentir sin decir ninguna mentira.
  • No lo sé ¿El qué? No lo sé.
  • El espejo y el vestido representan el cambio continuo, gracias al cual podemos reconocer nuestra propia existencia. Narciso se ahogó ensimismado por el temor a que la corriente se llevara su imagen.
  • Si los destinos sólo son individuales, no hay mundo.

Estos aforismos forman parte del libro:  “Nostalgia geométrica del caos”, de Rafael Gonzalo – Madrid, 2001

Máximas clásicas y mínimas barrocas 2

¡Viva la polución! Si la oxidación se produce como resultado de combinar el oxígeno con otra sustancia, especialmente metales, como los que forman parte de nuestro organismo (hierro, calcio), es decir, si cuando respiramos nos vamos oxidando poco a poco por dentro, ¿podríamos afirmar, con permiso del Ministerio de Sanidad, que el oxígeno… es cancerígeno? ¿Respirar mata?

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Los representantes políticos siempre han dado ejemplo a la hora de recomendar al resto de la población el uso habitual del transporte público. Al fin y al cabo, ellos lo hacen continuamente, como prueba el hecho de que, aunque no hayan cogido el autobús o el metro en su puta vida, las humildes limusinas oficiales en las que se desplazan también son transporte público, no en vano la carrocería, el chófer y la gasolina se los pagamos entre todos los contribuyentes.

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Actualidad y clasicismo. Cuando se dice, para elogiar una obra antigua, que no ha perdido actualidad, lo que se quiere dar a entender probablemente es más bien lo contrario, que sí la ha perdido, y es una suerte, porque de no ser así, sólo tendría vigencia durante la época en que fue escrita y hoy apenas nos resultaría anticuada o, a lo sumo, pintoresca. Quiere esto decir que una obra sólo se convierte en clásica cuando es capaz de superar y trascender el paso del tiempo y, para ello, es condición indispensable que pierda la actualidad, no que la mantenga.

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Encrucijada y eterno retorno. La tradición de la modernidad y el progreso busca en todo “la primera vez”, frente a la tradición de la fatalidad y el destino, que lo que busca es “la última vez”. A cada uno de nosotros corresponde elegir entre un lenguaje de Anunciación o un lenguaje de Apocalipsis, empeñarse en vivir o empeñarse en morir.

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Amantes y diamantes para siempre. Se incurre en un error al considerar el divorcio exclusivamente como disolución del vínculo matrimonial, cuando en realidad es el nacimiento de un tercer estado civil, crea entre los antiguos cónyuges una nueva relación que los vincula para el resto de sus vidas. Es decir, cuando uno se divorcia, no lo hace de alguien, sino con alguien. El divorcio, como los diamantes, es para siempre…

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Perspectivismo totalitario. “Todo es relativo” y “Todo es subjetivo”, bajo su disfraz aparentemente dialogante y negociador, son las frases más intolerantes y dogmáticas del mundo, porque dan a entender que todas las opiniones y todas las formas de pensar son igualmente respetables y que, con independencia de su contenido, siempre existen motivos para justificar cualquier acto, aun el más aberrante, demostrando así una completa incapacidad para admitir ninguna autoridad por encima de la propia opinión y una falta de criterio abrumadora.

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Las primeras impresiones se merecen una segunda oportunidad. Contra lo que se cree, la frase de Terencio: “hombre soy y nada de lo humano me es ajeno”, no sólo no preserva la intimidad, sino que reivindica la capacidad en cuanto hombre para comprender la intimidad de otro, al tiempo que inicia para la filosofía la figura del intelectual como metomentodo.

 


El tiempo todo locura (2007)

Máximas clásicas y mínimas barrocas 1

  • Decimos de quien se casa que “contrae matrimonio” como quien contrae una enfermedad, toda vez que “contraer” significa también “reducir, estrechar” y sabemos desde antiguo que no es lo mismo el matrimonio que el patrimonio.
  • La atracción física es química.
  • Si la sed demuestra que el agua existe, ¿qué demuestra el deseo de inmortalidad?
  • Los no fumadores tienen peores humos que los fumadores.
  • El dibujo es la cortesía del pintor.
  • Con la liberación femenina, las mujeres han perdido la vergüenza, pero no el miedo.
  • Los jirones de tela que se prenden en las alambradas son las banderas del país del inconformismo.
  • Las nubes son puntos suspensivos escritos en la página del viento.
  • Quien cree haber hecho lo suficiente, no ha hecho todavía nada, por lo menos nada nuevo.
  • La lírica es femenina, la épica masculina.
  • Si uno tiene más razón que otros cien mil, uno es mayoría.
  • Lo que vemos son distintos niveles de sombra. La luz es invisible.
  • La esperanza modifica los recuerdos.
  • La hora de la verdad es la de encontrarse a sí mismo en lo objetivo, cuando uno se dispone a ser fiel sólo a su propia veracidad.
  • Asumir nuestra incertidumbre en lugar de disimularla es una buena forma de adaptarse a las circunstancias. Bien mirado nunca es tarde para empezar a vivir.

De «Tierra firme de la fantasía«, 2004

Los aforismos son los meteoritos de la literatura

El aforismo no es propiamente un género o, en todo caso puede serlo por generalizar.

La discusión sobre los géneros es un poco catastral, de registro notarial, y denota un interés más anacrónico que anticuado (en el sentido de no tener en cuenta el tiempo ni, por lo tanto, la novedad, la invención) por el patrimonio, el reparto y la demarcación de espacios.

En la práctica no existen los géneros, pero en teoría sí. Los géneros son las inmobiliarias de la literatura.

Se trata de una convención que atañe a la literatura como cuarto de estar del escritor, pero lo que identifica básicamente a ésta, en tanto que escritura viva, es su existencia como construcción de un espacio nuevo, como espacio de andar, el ser en permanente rebelión con el tener.

Es decir, la literatura no es tanto una forma de comunicación como de revelación, del mismo modo que el lenguaje, más que una herramienta o vehículo del pensamiento, sería el pensamiento mismo.

Porque la gran revolución lingüística del siglo XX es el reconocimiento de que el lenguaje no es únicamente un instrumento para comunicar conceptos acerca del mundo, sino más bien, y en primer lugar, un instrumento para crear el mundo. La realidad no se experimenta o refleja simplemente en el lenguaje, sino por el contrario, es producida por éste.

La literatura es nómada y escribir es viajar a ninguna parte. El desplazamiento que supone la práctica de la escritura es algo así como un viaje al fin del mundo. Por lo menos, del mundo del escritor.

Con lo cual tenemos que el aforismo es género (sólo en teoría y por generalizar) de vanguardia en el fondo y de retaguardia en la forma, al revés que la novela. Si el novelista suma páginas, el aforista las resta, quita lo que sobra. Si el novelista escribe a lo grande, el aforista escribe bajo mínimos. Si para el novelista la mejor defensa es un buen ataque, para el aforista también, pero un ataque de risa.

En definitiva, los libros que he leído son vivencias más que influencias, no digamos experiencias. El escritor de aforismos publica porque no puede pasarse la vida corrigiendo.

O lo que es lo mismo, no hay mejor forma de dar por terminado un artículo que citar a Nietzsche, sobre todo si no viene a cuento: “Temo que no vayamos a liberarnos del concepto de Dios, mientras sigamos creyendo en la gramática”.

El tiempo todo locura